martes, 21 de octubre de 2008

“Zapping VS Surfing”

Actualmente, y en relación con los cambios que se han producido en los hábitos de los consumidores a partir de la evolución de las nuevas tecnologías, vemos como los usuarios de la red en particular han modificado su comportamiento de forma singular.

Antes, todos habíamos oído hablar del zapeo o zapping, es decir, aquel acto de saltar programación o canales en televisión gracias al mando a distancia, ya que el espectador decide realizar estos cambios durante la publicidad y quedarse a ver otro programa. Fue a partir de ese momento en que las televisiones decidieron realizar una serie de actividades con el fin de evitar esta actividad. Algunas de ellas consistían en reiniciar inesperadamente el programa o poner una cuenta regresiva que avise del tiempo que durarán los anuncios.

A raíz de este hecho vemos como las cadenas televisivas consiguen arreglárselas para no perder su cuota de audiencia durante los minutos publicitarios, al tiempo que consiguen mantener los ingresos que les llegan a través de los diversos anunciantes.

Por otro lado, para los publicitarios no es tan sencillo poder controlar la audiencia o el público de la publicidad en la red. Esto se debe también al hecho de que los hábitos de los cibernautas también han evolucionado, al igual que las diversas tecnologías y la variedad de programas ofertados a través de Internet. Se deduce, pues, que el usuario no se comporta como un mero espectador que espera pasivamente a recibir una información concreta – ya sea en forma de programa, de serie de televisión, de noticias…-, sino que busca en una y otra parte lo que realmente le interesa, manteniendo siempre una postura activa. Es decir, lo que el usuario hace se conoce con el nombre de surfear, o lo que es lo mismo, visitar páginas Web pasando de un vínculo a otro.

Hoy en día, el cibernauta decide si quiere participar en un foro, jugar a un juego, ver una película, hablar con sus amistades, etcétera; sin dejar que nadie interfiera en sus movimientos. Así pues, vemos como para el mundo de la publicidad es difícil poder llegar a la mente o a la percepción de este nuevo consumidor; un consumidor de carácter exigente y muy práctico.

Con todo, podemos certificar como estos cambios sociales y de comportamiento nos están haciendo perder nuestra capacidad de persuasión en relación a las nuevas tecnologías, y por eso considero que la publicidad debe empezar a plantearse nuevas alternativas con las que seguir siendo igual o más eficaz; ya sea a través de nuevos formatos o a través de lenguajes más cercados a los utilizados por los usuarios de Internet.

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